Partemédulas

“Mundo heroico de los lunáticos y maníacos que habían apagado la luz del cielo con sangre”.

Henry Miller

A Francisco Gonçalves Bustamante

 

TRAGALUZ

 

La luz se va no sé a dónde
solo sé que se aleja, choca con las sillas y únicamente quedan paréntesis: (sentarme a cagar)
(morder más mesas)
(ver como ennegrecen las cortinas) (depilar las efigies de las puertas)

La luna es hueso y muelles no recuerdo nombres
no hay pies ni nada
solo veo sombras cubiertas de polvo y sábanas blancas.

Ciego, con los ojos clavados en el adobe, lanzo un grito enorme sobre estas paredes, no sé para qué,

quizás se abran.

 

POLÍGONO

 

la asfixia del metro las axilas húmedas la esperma seca
el cuerpo inmóvil la piel hinchada
el silencio plagado de moscas la cartografía del terror
la fila al matadero la cruz en el bolsillo
la navaja tibia en la mesa el aire roto y puro
la espina que late bajo el pecho
la humanidad disparada en ataúdes por el cielo

 

CALLA Y ESPERA

 

La noche estrangulará las luces y un cuerpo romperá el camino
como si el viento te hubiese arrancado de un mordisco una hora de vida.

Mis gritos golpean las ventanas la ropa una mácula
la corbata tensa bajo la rueda de un auto
quizás un ladrillo enorme caiga sobre todo esto.
Medio hundido, medio lejos
desde arriba la imagen de mí mismo es un charco inmundo cráneo lapidado que engulle el terror irracional de la noche. Desde arriba -confieso- todos dan un asco indecible.

Esto es, probablemente, una constante reducción de espíritu un ruido que sopla en la oscuridad al tragarse uno el día
al estrujar la mueca torva de las esquinas y corredores asediados mientras el camino silba las asperezas roncas de las suelas.
La súplica no es tal ni la soledad un tormento si mordisqueo la boca de las estatuas;
desasosiego que calma al hombre en sus penumbras.

Apila las luces tras tu silueta,
calla y espera que el corazón se ahogue de sangre
y un cuerpo sea hallado, a tientas, por la cojera de otro.

Atrapado, envuelto en noche batallo con puños y muros
y ruina y sed violenta.

Aquí termina mi universo entero
convergen en la esquina todas las líneas trazadas
la falta de tino, la capa negra que arde en el horizonte mientras hueles botellas vacías.

 

HUMUS

 

El cielo hecho girones de nubes humeantes la violencia y sus usos domésticos
el fraguar de las heridas
la estructura fragmentada de nuestra cordura

Las falanges se arrugan en torno al encierro el orgasmo del martillo
las ruedas y las mutilaciones por la carretera la grúa que excava el viento
el horizonte que engulle al mundo: flores secas sobre el camastro.

 

INVIERNO EN GÜEMES

 

Las grietas vienen a mi mente: sábanas mojadas;
me veo escribir sobre el colchón sudado, un animal muerto adherido a mi silencio.

Oigo las máquinas sacar de sus fuerzas un poco de hormigón
y osamentas destruidas por la lluvia.

Bajo la piel de este ruido incomprensible germina un nuevo hedor a mierda.

Pienso: son las tres de la tarde, vuelvo la página
una vez más huelo la almohada e imagino: así debe olerle el culo a la muerte.

 

PARTEMÉDULAS

 

Como aferrado a un balance etéreo
con la gran y ridícula extensión de mi cuerpo dibujo una silueta para apresar todo este vacío las pulgadas del alma que se hallaban sin tacto.

Convulsiono sobre recuerdos y teclas resquebrajo y apolillo cada una de mis visiones escupo un líquido negruzco contra la pared
me abro el pecho por la mitad
mientras el corazón revienta sobre la línea trazada y derrama mi sangre
sin violencia aparente.

 

SABER DE NOCHE

 

Deja de ser oportuno el cielo violado por ensueños boreales en el primer mordisco de eternidad me carié los dientes, dibujé una estela de roturas,
flama que hondea un grito en el viento.
Saber gemir, crear constelaciones jugosas, velludas, agrias donde la masa se diluya en el sonido y la carne sea barro, perlas amarradas a un hilo sucio,
incandescencia destilada sobre un grave tazón neuronal.

El sol se hunde en el ocaso
la lluvia se hace tos perpetua y salpica navajas en el pecho.
La aurora sifilítica de matices negruzcos silenciosa, casi transparente,
se rasca los labios con la tierra ronca, contempla al sol como tempera seca.
Cae mi cabeza como trapo al piso
la mirada se desflora en pétalos tenues todo huele a pantano, a sueño.

Flotan como corcho las estrellas mugrosas profundo
resplandecen y cacarean su solemne carcajada sobre el mundo: firmamento crudo, sangriento, castrado.
Saber de noche es duro,
la oscuridad tuerce tus muecas
y borra las eras robadas al tiempo con sus luces fulminantes.

Mira la noche, las nubes,
el vértigo bizco que tambalea en la mirada, inestables goces de deidades diseccionadas, lamidas perdidas en cuellos ocultos, zapatos hundidos en la garganta del cielo, paisajes derretidos y humeantes,
márgenes celestiales apresados en las pestañas de un ebrio.

 

LA TRISTEZA ES UN HUESO CAYENDO EN LA CUNA

 

Entre cielo e infierno
existe una pequeña franja de tierra donde las caras de los días se trizan las ciudades se creman y chorrean
y hay una red fija presente en la retina como una mancha en el agua indisipable mientras todo sigue
mientras todo arde
el hombre se desploma como un ruido y busca en los cuerpos algún despojo para empañar a gritos su reflejo.

 

MÁQUINA

 

Pensaba fulminar algo imaginar el miedo,
la motricidad de la tierra al tragarnos. Vi cómo las rejas ladraban en jaurías y la oquedad coagulaba los objetos.

Todo sugiere que quizá hayan estado ocupados, todo este circo se puso negro de repente
y pocas cosas sobrevivieron: más trucos de olvido.

Bajo esta urbe iluminada hay sombras hambrientas deseando salir armadas
a matarlo todo.

 

OTRO REVÓLVER BAJO LA ALMOHADA

 

Se miden en altura los abismos que cruzan las piedras al caer, se entienden las cosas en su intuida integridad,
pero la caída es transparente.

El cuerpo es carnada sobre un mapa
las cosas se marcan como flechas y heridas
con todo lo que pierde el hombre durante el sueño.
Veo a este doble al que echo a patadas
mientras como escamas brotan agujas bajo la almohada y pienso en que suele pasar algo de vez en cuando ciertas voces que nos hacen mirar al suelo
cuando intentamos decirnos cualquier cosa:
¿oyes la sangre cabalgar como un escalofrío por debajo de la lengua?

Hay pocas luces en el camino del hombre
la mitad son los ojos ardientes de las bestias un cuarto son las ciudades y sus dientes
el otro cuarto es lo que realmente puede hacernos temblar de locura,
cada cuarto está tras las barras que siempre olvidamos lloramos atrapados, más simples cada vez,
forcejeos brutales dicen que ya no habrá más dolor hacen del tiempo un amuleto de muerte
mientras el poco porcentaje, el poco porcentaje, el poco porcentaje se repite tras las barras y los ojos de las bestias
los rieles de la huida las ciudades raídas
y al igual que cada segundo que nos ha visto llegar tarde a la felicidad las contemplaciones de nuestros momentos han muerto de a poco.

Eso, amigo, es lo que realmente puede rompernos el alma de un golpe la razón es el más sádico e indolente intento del hombre
por apreciar el débil ladrido de la vida.

 

INSTANTE

 

Mientras late tu pecho y el mío mientras el vino nos vierte a pedazos
mientras aullamos y todo se pierde tras la luna y la espesura sorbe del otro lado de la ventana la debilidad opaca de un reflejo,
el nuestro.

 

ALGO FRÍO

 

Supongo muchas cosas, creo, por ejemplo, que no podré dar otro paso
no habrán más suposiciones
no puedo hablar de amor ni de muerte.

El primer animal fue la codicia
el primer signo que nadie recuerda la primera manada fue de moscas
no tengo seguramente nada que entregar no intento construir nada
hace tiempo fue el tiempo.

Me bajé del tren borracho y drogado me seguían mujeres y niños gritaban y lanzaban escupos
ellos debían ser los primeros
caí en un lugar que no era el mío.

Este es el tiempo de olvidarme de alejarme
es el tiempo de verdad
donde sólo yo podré dibujarlo todo donde sólo yo podré decirlo todo, aunque la verdad
¿Quién mierda necesita decirlo todo?

 

CAEN LAS CARNES

 

La vista coagulada, grabada en el iris hace arder cada gota en racimos; nada quema ni seca,
solo hay un sonido que se alarga por el pasillo; cada mariposa que en el sol revienta
suena a una canción rota de granizo y golpes, alas guiadas como hojas por la rivera.

Te cansas, la cavilación del ruido afecta deprisa somos esos,
hundidos bajo el paraguas sin cara ni prisas,
vemos juntarse cada día las membranas del invierno avenidas que caen sudadas
palabras de barro que se trizan cada grieta nos funde con el viento.

Callas con la hora en su girón de órbitas,
el estertor lanza granos espesos desde lo alto el paradero se vuelve piel dura
la vía queda bloqueada al llegar cerca del gentío,
atiendes a una imagen mientras calientas las llaves dentro del bolsillo un tajo tiñe la temperatura en una imagen densa
nada está en su lugar:
esternón dislocado, desastre coronario en pelea callejera
lanzas una mirada jugosa hacia el parque preñado sabes que pronto escupirá otro cuerpo.

Cae la ciudad y se arrastra lenta hacia la ruina,
ves llegar la fatalidad y tu pecho explota hecho fuego, sin alejar las manos de la llovizna,
el adhesivo que hay entre la piel y el cartílago es permeable. Te hundes en la lluvia y no lo ignoras,
sobre las piernas braceas y respiras agitado, mientras aprietas los pasos hacia el parque. Calla la calle, un sol nuevo se agita,
se rasca la sien con el revólver húmedo,
sale sin gestos a recorrer la paliza diaria, el bailoteo urbano, despojado ya de toda luz,
otea la indecisión del movimiento
-el hormigueo santiaguino- mientras tambaleas sin recuerdos

 

UNA VEZ TU CUERPO EVAPORADO

 

La primera hora del día menea hordas sin sentido acalla el silencio
los poros de las piedras exhalan humo
y es a ti a quien se dirige lento el desvanecimiento, el techo de lata palidece en la vista
tiembla soluble, chorrea su desvelo,
vas a la banca sin hambre y engulles cada imagen, cazas cada gota con la lengua,
sabes que es para ti esta merienda y sigues ahí sentado
mientras allá la gente se mata.

 

RESPIRAN VIEJAS LETRAS

 

Ahogado por las piernas del mar, atrapado por las piernas del cielo, una escapatoria:
la pena cava con sus dedos tensos en la carne.

cambiar el cielo por un prado muerto, que los labios muerdan el silencio,
las nubes desprendidas de sus entrañas solitarias olvidan que la altura es letal

respiran viejas letras
como los pasillos calientes
que hierven por el borde de las manos cobrizas lamen el sueño con baba ajena
y por sus ojos brotan sombras

puedes decir que la mentira no es algo cotidiano mientras todo lo que creías fundamental
se desmorona a pedazos sobre la calzada, mientras lo único que piensas es que
las mentiras son tus sueños más frecuentes

sueñas,
escapas sobre nubes de errores
con espuma en la boca entrecortada
tu silueta se sale de una ampolleta extinta
y saboreas con tus codos la soledad al borde de una barra.

 

DISTINTAS RAZONES

 

Y la noche se cierra y baila
y finalmente muere negra entre las cejas.

Hace tiempo solía sentir cosas, hoy no;
lo observo todo:
cada poro del cuerpo cada mosca que cae todo el grueso mundo
deja marcas en las salidas de emergencia.

He visto luces,
muchedumbres verdaderamente enormes,
los he visto brillar a todos y cada uno de ellos y nada brilla más,
nada más inútil y colosalmente nulo nada más brillantemente ajeno.

Cavo el asfalto
y continúo en silencio,
al final muchos sabremos
que vivimos para recordar la razón
por la cual una botella se asemeja a una pistola pero, en cuanto a la primera,
la primera razón es otro olvido.

 

DESPLOME

 

Un hombre se destruye hacia dentro
y se anega a sí mismo el paso en plena caminata, un hombre se observa y se comprende
un hombre se piensa
y se devora a sí mismo,
un hombre de pronto entiende: su carne solo cubre huesos.

 

SALIDA

 

Recojo todo lo roto con las manos sucias, veo al hombre escalar los muros
elevar sus sueños golpeados y fríos sobre la marea de ladrillos;
los veo borrosos tras el plomo de las escopetas, veo por la ventana un túnel de huesos
y el alma de todo este mar corpóreo, un montón de letreros
de humanidad rota por las calles con todos sus signos apilados, toda intención cae sin alas:

hay que marcharse, salir de aquí, aunque en el salto
no haya más que caída.

 

DE POROS Y ENJAMBRES

 

La forma intuida:
cortantes y estúpidos,
estamos sordos como nervios adheridos al calor de las brasas. Seremos lo que rebane la cuchilla,
al amanecer nos morderán las sombras.
La oscuridad fermentará
como una tenia en la peculiar forma de nuestras tripas, en el siguiente orgasmo de esta fiambrería.

La grasa se humedece en el roce,
las aves gritan crímenes indecibles desde las montañas, el diablo lame desde otrora el ano de las iglesias diluidas como un hielo bajo la soledad de un crucifijo.

Implota a su centro cálido late pobre el pobre mundo
mientras nosotros nos lamemos los sexos, puede ser detrás de una visión un poco muerta.

 

HAMBRE

 

El aire es el mismo artificio de polvo
pegado a un trozo de mi cuerpo.

Nunca (una palabra)
es el espeso ruido de las lenguas al caer
bajo el paladar de una humanidad violenta y etérea.

Las horas laten entre las grietas del cielo
del techo
como un péndulo de carne.

Al final de la fila lees sobre un cartel negro el menú del día:
una miniatura de la humanidad descalza sobre el abismo.

 

VISLUMBRAMIENTO RETORCIDO

 

Todo azul
el glaciar, venas turbias en mis ojos, voy solo por este trecho
la lengua se clava en otras voces,
voy por este trecho envuelto en carne, un cuchillo en los tentáculos,
persigo un aullido enhebrado en la luna.

Otro cuchillo mi vigilia
la sombra en las pupilas del caníbal
la velocidad retorcida en los poros de la noche viene lento todo
en una reversa nauseabunda, no hay otro cuchillo
todo cae en fragmentos duros sobre el cuerpo por fuera sangro otra sangre.
Soy el hipo del eco corro por los ojos grito infancia
grito otra vida, otra
grito a las sucias cuatro esquinas de otro mundo difuso,
grito a las ventanas rotas por el delirio
a las pelotas gigantes que eyacularon todo: las líneas de las calles
los edificios negros
los pájaros como perchas en los árboles.

Exhausto de correr, huyo doy mi sangre a este mundo a esta esponja repugnante, doy un grito mudo,
una cuchilla incrustada en el vacío.

 

ALUMBRADO PÚBLICO

 

Se nos ha olvidado algo durante muchos años hay silencios demasiado largos entre letra y letra hay un vacío o un ancla en la mente
seguramente saben que no hay una salida ni nada parecido siguen simplemente enterrando sus muertos
intentan marcar un par de diferencias entre presencia y ausencia
desean anotarlo todo para digerir un poco la incomprensión del hambre.

Las formas se hacen grandes e irreales
las estrechas sílabas se codean solas entre insignificancias, rutinas y descansos no hay ni nunca hubo algo parecido a una salida
no hay muertos
no hay quién recuerde sus nombres u otra cosa
se olvidan que la industria de la muerte está hecha de huesos humeantes que no sabe ni recuerda nuestros nombres.

La espera seguirá siendo el avance de las horas durante distancias grotescas las direcciones no llevan a ningún sitio
por eso imaginamos nuevas rutas, dominados soñaremos unos cuantos sueños en nuestra heredada nulidad.

Sueño con plantar bombas por las urbes como ciruelos sin mecha, sueño con un fósforo capaz encender la invisible luz humana.

 

PELDAÑO Y SUELO

 

Desde la brisa al nado brazo a brazo
no podría decir
cuál momento sabe a vino más que el ruido de esta noche.

Esas frases dicen poco dicen luna
dicen labio dicen voces.

Este redoble fresco y tibio
que se levanta desde el suelo raso.

No miento,
hoy es un día ruidoso y fresco
donde las copas se levantan de sus restos y brindan por los aires
adheridas al tacto.

Ni siquiera en dos manos cabe esta piedra
siquiera el grito es algo palpable en las branquias de una llama esta piedra es algo más que el puño del mundo,
directo en el último peldaño del vértigo eres tú a quien encuentro.

Pero no estás
y estás bien dónde estás
tu cuerpo es la berma imaginaria de este peldaño que nunca termino de caer.

 

ÚLTIMO DESEO

 

Por ahora solo quisiera flotar en el mar
y que algas mohosas se adhieran a mi cuerpo
y que dos monedas inútiles reposen sobre mis ojos secos.

Flotar como en un sueño
hasta que mi historia se deshaga por completo
y que un par de amantes encuentren mi cuerpo hinchado, rebosante de muerte bajo el muelle,
y de mis ojos agarren las monedas, revisen mis bolsillos,
compren helados y pasen la tarde.

 

 

ÍNDICE

 

TRAGALUZ POLÍGONO CALLA Y ESPERA HUMUS
INVIERNO EN GÜEMES PARTEMÉDULAS SABER DE NOCHE
LA TRISTEZA ES UN HUESO CAYENDO EN LA CUNA MÁQUINA
OTRO REVÓLVER BAJO LA ALMOHADA INSTANTE
ALGO FRÍO
CAEN LAS CARNES RESPIRAN VIEJAS LETRAS DISTINTAS RAZONES DESPLOME
SALIDA
DE POROS Y ENJAMBRES HAMBRE
VISLUMBRAMIENTO RETORCIDO ALUMBRADO PÚBLICO PELDAÑO Y SUELO
ÚLTIMO DESEO

 

Por João Gonçalves